Friday 16 December 2011

So, job (yeah, right)

Empezamos en media hora y no podríamos estar más retrasados. Ésta es una jungla donde cada quien tiene qué ver por sí mismo, por eso no me detengo cuando mi intento de avanzar a velocidades supersónicas falla (aunque logro tumbar a algunas personas en el trayecto, extra bonus). No, si me lo preguntan, eso no me hace sentir mal: por cada golpe que doy recibo al menos tres a cambio, así que de cierto modo estamos a mano.

¿Mi misión actual? Entregar copias a todos los que estarán en piso. Challenge Accepted.

Camino hacia el pasillo principal, me mentalizo para comenzar mi carrera cuando alguien zumba a mi lado y me empuja contra un escritorio. Siento un dolor intenso en la cadera, pero no puedo perder más tiempo; aquí, los minutos se cuentan con gotero y derramarlos cuesta. 

Aferro con fuerza las copias contra mi pecho y empiezo a correr tan rápido como me lo permiten las punzadas del costado izquierdo. El mundo que se desarrolla a mi alrededor es descifrado por mi mente como algo bizarro: veo gente que se maquilla (no siempre para verse atractivos), escucho voces cuyo volumen aumenta o disminuye, el olor a café y a grasa impregna el aire, me pone alerta. Mantengo los ojos bien abiertos mientras reparto— en realidad aviento— las copias que hice a todos los que necesitan un juego. Parecería difícil identificarlos entre el mar de gente que va poblando los pasillos, pero sólo hay que buscar a los más relajados, los que no parecen tener ocupación porque llegándose la hora en ellos recaen las responsabilidades. Casi me creo la idea de terminar mi tarea sin que pase alguna desgracia cuando el destino hace aparecer un charco de café en el camino con el que inevitablemente termino resbalando.

Ahí se fue mi dignidad. No sé si mi trabajo es considerado "digno", pero estar rodeada de tus compañeros que se mueren de risa, sabiendo que tan pronto te levantes vas a tener que andar con el trasero empapado de café y que te aguantarás la situación... digan lo que quieran, pero yo estoy muy lejos de esa palabra.

Y aunque sé con exactitud lo que va a suceder, me levanto y corro, mientras entrego los últimos juegos de copias que me quedan. Mis ojos encuentran los enormes números rojos que me dicen que son las 10:55 p.m. Los altavoces nos piden que tomemos nuestros lugares y sé que tendré que aguantar hasta la salida con este pantalón. 

Camino hacia mi sitio mientras observo algo diferente en los demás, ¿qué tienen ellos que no tengo yo? Mi compañero de enfrente me hace señas y se toca las orejas con insistencia, ¿las orejas? ¿Qué tenían mis orejas? Hasta que por fin lo entiendo, ¡mis audífonos! 

Tuve que volver a correr hasta mi lugar de la mesa, como pude los fui acomodando hasta que empecé a escuchar la voz de alguien. Cuando llegué de nuevo a mi sitio escuché en mi oído "3, 2, 1... showtime!" y alguien gritó en el estudio:

-Live from New York, it's Saturday night!

Bajaron las luces y no pude evitar sonreír.


1 comment:

  1. ¿O sea, si no comento es como si no lo hubiera leído?
    ;)

    Estaré al pendiente. Bienvenida al mundo blog :)

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